Once pasos

Hace sonar el silbato y sale disparado hacia un punto, en donde se para y señala con el brazo extendido. Luego camina lentamente hacia atrás, haciendo ademanes de que no hay nada para discutir, se planta unos metros más allá y espera para dar la orden. No importa que no haya jugadores, que no haya partido, que no esté en una cancha, que nadie haya inventado el juego del fútbol, que se encuentre en otro planeta, en otra época y en otro universo, que ni siquiera sea humano; el tipo sintió la urgencia de cobrar un penal y lo cobró.

¡Eh! ¡Réferi bombero!